domingo, 22 de junio de 2008

Agradecimientos

Os dejo la sección de agradecimientos de mi tesina. La verdad es que no estoy seguro de que sea lo que se espera de este tipo de sección. De todas maneras, es una reflexión sobra la universidad y el honor que me apetecía escribir:

Permítanme que en esta sección de agradecimientos no sea nada convencional. En ella no me quiero centrar en las personas con las que comparto mi vida y me ofrecen lo mejor de sí. A pesar de que les estoy tremendamente agradecido, prefiero demostrarles mi gratitud en el día a día y no en unas líneas que, tal vez, nunca leerán. 

Mi reflexión empieza con una anécdota real, vean: hace algunos años ya, una tarde me acerqué a hablar con un profesor para reclamar una nota. Yo estaba convencido de que merecía más nota que la calificación con la que había sido evaluado. Después de cerca de una hora de discusión, me dijo: ``no te subiré la nota porque te lo merezcas, te la subiré en pro de tu expediente''. Menuda sinrazón, yo ya estaba aprobado y no necesitaba más. La limosna para los pobres (de espíritu) y los regalos para Santa Claus, pensé. Imagínense lo vano de mi gloria al haber alcanzado una calificación superior que, según el criterio de mi evaluador, no merecía. Por supuesto, no la acepté. Para mí hubiera sido como encontrar un trofeo tirado en la basura, recogerlo con disimulo, colocarlo en mi vitrina y mostrarlo con orgullo a todos los invitados, escondiéndoles la historia real. Un trofeo no debería tener ningún valor material, sino en valor sentimental de la satisfacción que te genera el haberlo merecido. 

Merecer es algo subjetivo, algunos pensarán. Y creo que no les falta razón. ¿Qué pensará una madre al comprarle a su hijo los mejores alimentos? y a su vez ¿qué pensarán en el tercer mundo de la mentalidad post-posguerra, de ese mismo niño, que le lleva a dejar siempre algo de comida en el plato? Supongo que en el fondo nuestra vida esta cargada de cosas que no merecemos. El hombre es vanidad pura (hueco en principios), y si no recuerden el viejo dicho: ``a nadie le amarga un dulce''. Pero creo que muchos dulces al final te pican los dientes. Por lo menos no deberíamos regodearnos de haberlos consumido. Supongo que esta es, precisamente, la manera de merecer un poco mas cuanto uno consigue. 

La mentalidad de la falsa complacencia, bajo mi parecer, debe ser erradicada de la universidad. La enseñanza no debe ser un remanso de paz de espaldas al mundo laboral. La salida del jardín del edén a los estudiantes dispuestos a no estudiar mas sería así menos traumática. Más que una fe de conocimientos, un titulo universitario debería ser también una garantía de aptitudes. Esto daría a los títulos el valor añadido de haber sido conseguidos por aquellos que con honestidad asumen sus errores y aprenden de estos creciendo como profesionales (y personas) después de cada error. No veo el motivo por el cual avergonzarnos de que cada error quede reflejada en nuestro expediente, si poseemos el ánimo de aprender de él. 

Por ello hoy quiero agradecer a la gente que, sin regalarte nada, te brinda la oportunidad de la superación. Lo hago porque creo que tan sólo cuando alcanzas tus metas gracias a tu propio esfuerzo, tienes algún motivo para celebrar y dedicarles tu triunfo a aquellos que amas. De otra manera, sería como dedicarles el trofeo encontrado en la basura a tus allegados. Gracias también a aquellos que, con honor, no aceptan lo que no merecen o, como mínimo, guardan luto a su dudosa hazaña.

Sin extenderme mucho más, quiero mostrar mi más sentido agradecimiento a aquellos que me acompañan o acompañaron en mi camino. Agradecer de forma especial a Guillermo Navarro por su implicación en el desarrollo del presente trabajo y a Jose María Martínez por sus consejos en la redacción. Gracias al grupo SeNDA y el departamento DEIC en general, por ser la tripulación del mismo barco donde avanzamos.

sábado, 26 de abril de 2008

Estrellas

Bien, allá va mi primera reflexión... espero poder mantener el blog con entradas similares. Espero que si algún día alguien llega a leer esto, le guste y sobre todo.. le haga pensar. Antes de empezar quisiera recomendar la película American Beauty que a mi entender guarda cierta relación con este post:

Cuando después de varios meses volví a hablar con ella se quedó sorprendida con nuestra conversación. "me alegro ver que te has desmelenado un poco", me dijo... y aquellas palabras me hicieron reflexionar. Después de unos instantes respondí: "no.. no me he desmelenado, me he calmado tanto que ya todo me da igual...". A pesar de que mis palabras no hicieron referencia alguna a las estrellas, en aquel momento pensé que entre estas y los hombres no había tanta diferencia como había podido imaginar.

Hace ya demasiados años, en ocasiones, los antiguos contemplaban asombrados un fenómeno en la noche estrellada que jamás llegaron a comprender. De pronto, una estrella brillaba con una fuerza increíblemente superior a las demás. Atónitos ante un fenómeno de tal magnitud, creyeron encontrarse ante el nacimiento de una nueva estrella, bautizando así el suceso como supernova. Nada más lejos de la realidad, hoy sabemos que aquel espectáculo no respondía al nacimiento de un cuerpo celeste, sino a su muerte. Una supernova es un fenómeno que en ocasiones se produce cuando la vida de una estrella llega a su final.

Hay dos fuerzas que mantienen una estrella como un cuerpo esférico en el espacio exterior. La primera es su propia gravedad, una fuerza de compresión que tiende a concentrar la totalidad de la materia que forma parte de la estrella en un solo punto. La segunda fuerza es la fuerza de dilatación que generan las reacciones nucleares que se generan en su interior. Son precisamente estas reacciones las que las generan la energía de la estrella que vemos en forma de luz.

Durante la vida de una estrella estas dos fuerzas, que actúan en sentidos opuestos, se compensan en una perfecto equilibrio manteniendo constante el volumen de la estrella y no dejandola desaparecer. No obstante, existen dos fenómenos capaces de terminar con esta harmonía.

Cuando la gravedad de una estrella atrae materia espacial que a su vez aporta, de alguna manera, mas energía que masa, la fuerza de la gravedad no es capaz de contener la energía liberada por las reacciones nucleares, resultando en una explosión que destruye por completo la estrella y todo cuanto se encuentre a su alrededor. La energía liberada por una explosión de tal magnitud es capaz de contemplarse durante semanas apareciendo en el cielo un cuerpo celeste de formidable esplendor visible a miles de años luz.

De forma totalmente contraria, cuando la energía de la estrella poco a poco se consume, la fuerza generada por las reacciones nucleares se vuelve incapaz de contener la fuerza de la gravedad. La estrella se comienza a colapsar. En ese preciso instante, el volumen de la estrella se comienza a reducir en un proceso extraordinariamente complejo que puede desencadenar nuevas reacciones nucleares que a su vez generan tal cantidad de energía que resultan en la explosión de la estrella. Vale la pena comentar que dependiendo de la masa y composición de la estrella este fenómeno puede acabar tanto en una supernova, como en un agujero negro.

Tal vez parezca raro que hable de estrellas cuando la reflexión inicial pretendía ser de carácter social, pero supongo que no lo es... Me explico; en el fondo creo que las personas no somos mas que estrellas viviendo en un espacio terrenal, y al igual que estas, de alguna manera todos podemos explotar. Es curioso contemplar como también hay dos razones por las que una persona llegar a tal situación. De nuevo, la primera de ellas se da cuando fenómenos del entorno aportan, de alguna manera, mas descontrol que control, haciendo que la persona se desmelene. El segundo motivo (y el que me inspiró a escribir esto) se da cuando la energía de una persona, cansada de soportar tanta presión, se comienza a agotar. Cuando este proceso de compresión supera un cierto límite la persona tiende a explotar tratando de hallar un punto de inflexión en su situación personal. Supongo que quizás, la única diferencia con las estrellas es que en nuestra sociedad, cuando una estrella explota todos agachamos la cabeza reflejando así nuestro desinterés.



Cuentas pendientes

Hace tiempo que tengo en mente escribir mis reflexiones sobre algunos aspectos de nuestra sociedad. De momento escribiré sus nombres con la esperanza de poderlas escribir algún día. 

Los 10 mandamientos... ¿ética o religión?
¿Castellano o catalan?... importa el mensaje

El blog

Bueno, a pesar de no tener demasiado tiempo por fin me he decidido a crear mi blog. Espero que la carencia de tiempo no sea motivo de abandono... seguro que no. Por cierto, si estas leyendo esto, te animo a participar.